David Rojo
Estuve hasta poco después de las dos de la madrugada del domingo, para entonces la luna había dejado atrás el lucerío de Cabo San Lucas.
Horas antes, desde la tarde noche del sábado, la gran estrella Spica al lado izquierdo de la luna, anticipaba que sería una grata jornada para mirar hacia las estrellas a simple vista, con los catalejos a todo terreno y la Nikon P1000.
La luna había estado visible durante todo el sábado por la mañana, medio día y tarde.
Cuando llegó la noche, ahí seguía la Constelación Escorpión y en el pleno corazón de tan distintivo grupo de estrellas la luz imponente de Antares.
Para quienes hemos hecho posible la propuesta y el testimonial El Paraíso también tiene alas que cobijó primero una muestra fotográfica que estuvo por seis meses en el Museo de Historia Natural de la Ciudad de México y luego se manifestó en la edición de tres libros, fue muy grato contar con el registro en nuestros archivos de la primera constelación ave en este caso sobre la bahía de Cabo San Lucas: constelación Cuervo. Un rato después seguiría la constelación Águila. No dejaba de ver, contemplar, disfrutar. Y por supuesto obturar la cámara.
La Osa Mayor, de nuevo la imponente Arturo, la estrella Muphrid, la Cabellera de Berenice. Una y otra toma fotográfica de los cráteres de la luna. El paisaje con todo potencial de Spica, luna y Arturo. Y órale, a la foto.
A un lado de la Constelación Águila puede verla con detenimiento. Me acomodé entonces primero en la silla, luego me tiré para disfrutar de manera mas amplia En esos instantes no me ganaba la inquietud de obturar.
El punto blanco se distinguía a simple vista.
Había que contemplar a esa estrella bien sin más que mirar hacia arriba. La cámara a un lado, igual los catalejos.
¿Y esa estrella? ¿Qué onda con toda esa luz?
Y bueno se trataba de la estrella Vega. Y bueno hubo que recurrir a la cámara. Listo el zoom. Vega es parte de la constelación Lyra. La vi completa con el lente. Una foto y otra foto y otra foto.
La lira de Orfeo.
Hay momentos para el recuerdo o los recuerdos.
Hice a un lado la cámara.
Vino a la memoria y al corazón la imagen de Leonides, mi hermano mayor. Cuando yo niño era mi ídolo. A él se le escuchaba cantar en la radio. El grupo se llamaba The Kings Rock.
Mientras veía a la estrella Vega me llegaba la música. Es difícil que el recuerdo los recuerdos no vengan con sus detalles. Y ahí estaba él cantando, con su guitarra. La noche se hizo mas amena. La música llegaba en silencio.
Me acomodé a un más.
El recuerdo, los recuerdos, no tienen tiempo.
No tienen edad.
Llegan.
Se disfrutan.
Y en el mismo tiempo nuevo, llegó aquel episodio cuando la mesa del comedor era el estudio para grabar y trabajar con las computadoras con David Jr. el sobrino José Antonio y el hijo mayor Amón (sumado a la distancia) para aquel video sobre la magia de Los Cabos que fue todo un impacto como entrada de la exposición El Paraíso también tiene alas en la capital del país, allá por octubre del 2011. Y llegaba la pieza 1492 La Conquista del Paraíso, de Vangelis.
En el cielo estrellado había más qué ver.
Pero, yo seguía con Lyra y la música.
De la Lira a la guitarra.
Vino entonces el documental Olvidados que en Facebook tuvo decenas de miles de vistas. Y en Youtube se aproxima a las 4 mil. Al equipo de David Jr, José Antonio ahora se sumaba el otro sobrino Ángel de Jesús.
Pero, el trabajo periodístico que documenta que con corrupción e impunidad se ha pretendido confrontar a la naturaleza en Los Cabos (https://www.youtube.com/watch?v=3Syd5iEwZzw) contó con un magistral rasgueo de guitarra y canto.
Mientras veía a la Constelación de la Lira me llegaba el sonido de la música del trovador Jaime Martínez. Empecé a escuchar en mi interior la canción de Olvidados.
Jaime Martínez hacía suyo el mensaje social con su canto y letra:
“…El sol se aleja como la ilusión, el agua corre bajo el cielo gris, duele la mentira, duele el porvenir”.
“Pueblo, no ha sido suficiente, luchar contra corriente, dejar de sonreír, ellos mirando tras visillos, el hambre en sus bolsillos desviando la atención…”.
El recuerdo no tiene edad.
Está en el corazón.
Y ahí estaba la estrella Vega de la constelación Lyra.
Muy interesante:
–Existe una estrella en el cielo que ha recibido especial atención de los astrónomos desde hace siglos, convirtiéndose en la estrella mejor estudiada de la galaxia después de nuestro Sol, por supuesto. Vega es una estrella joven y azulada, la más brillante de la constelación de la Lira y la más brillante del asterismo conocido como el triángulo de verano. Está situada a tan solo 25 años luz de nuestra estrella y es de hecho una de las estrellas más brillantes de las cercanías del sistema solar. Todo esto ha hecho que sea una de las favoritas de generaciones de profesionales que le han dado un lugar privilegiado entre las estrellas del firmamento.
La primera persona en medir el paralaje de una estrella fue Friedrich Bessel, que obtuvo la medida para la estrella 61 Cygni, pero la segunda fue Friedrich von Struve que midió el paralaje de Vega poco después. Estos resultados permitieron a los astrónomos de la época ampliar su concepción del universo, que pasó de tener el tamaño del sistema solar a abarcar decenas y cientos de años luz de distancia.
Wikipedia:
La constelación de Lyra (la lira, en griego: Λύρα) no es grande pero es fácilmente identificable por su estrella Vega, que es uno de los vértices del denominado “Triángulo de verano” (las otras dos estrellas son Deneb, en la constelación del Cisne, y Altair, en el Águila).
Lyra o lira1 es una pequeña constelación. Es una de las 48 enumeradas por el astrónomo del siglo ii Claudio Ptolomeo, y es una de las 88 constelaciones modernas reconocidas por la Unión Astronómica Internacional.
Lyra se representaba a menudo en los mapas estelares como un buitre o un águila portando una lira, y de ahí que a veces se la denomine Vultur Cadens o Aquila Cadens (“Buitre que cae”2 o “Águila que cae”), respectivamente. Comenzando por el norte, Lyra limita con Draco, Hércules, Vulpecula y Cygnus. Lyra está casi por encima de la cabeza en las latitudes septentrionales templadas poco después de medianoche al comienzo del verano.
Desde el ecuador hasta aproximadamente el paralelo 40 sur es visible a baja altura en el cielo septentrional durante los mismos meses (por tanto, en invierno).
Referencias:
–Muy Interesante:
https://www.muyinteresante.com/ciencia/60625.html
–Wikipedia:
1. ley Brown: The New Shorter Oxford English Dictionary. Vol. 1: A-M. Clarendon Press, Oxford 1993, p. 1651
2. ↑ Bistue, Belen (23 de mayo de 2016). google.com/books?id=Nlc3DAAAQBAJ Collaborative Translation and Multi-Version Texts in Early Modern Europe. Routledge. pp. 72-73. ISBN 978-1317164357.
Las estrellas y los recuerdos, una excelente combinación. En la quietud de la noche, las estrellas vagando por el cielo, la mente se ilumina y se llena de recuerdos. Bien decían nuestros ancestros, que en cada estrella podríamos contemplar a cada uno de los seres que nos precedieron en nuestra breve historia.
Vega, Deneb, Altair, para unos “mensajero de luz”, para otros el “juicio del cielo”, algún día volverá a ser la estrella polar.
Y todos estos pensamientos combinados con la música, que mas se puede pedir. (Ah si, nos queda a deber una imagen de los cráteres lunares).
Saludos.