David Rojo
Lo traiciona, pero en días como hoy el político le reza a Dios.
Jura por la Constitución, pero en días como hoy el político se da cuenta que la dejó tirada por algún rincón, oscuro, de la descomposición del poder.
En un día como hoy, en Los Cabos, aquí en Baja California Sur, los monumentos a la corrupción son el referente público de la descomposición del poder con miles de familia con sus vidas y bienes en peligro, porque les vendieron viviendas o les permitieron asentarse en medio de los arroyos.
Se jura por la Constitución. Y todo eso que llaman leyes y reglamentos acaban, sin embargo en licencias de construcción para Unidades Habitacionales familiares en medio de los arroyos, tanto en Cabo San Lucas como en San José del Cabo.
Con corrupción e impunidad se confronta a la naturaleza.
En un día como hoy viernes 13 de septiembre que han suspendido clases por la tormenta tropical Ileana y que desde el jueves se reúnen los Consejos Estatal y Municipal de Protección Civil para alertar a la población y coordinarse por alguna contingencia, la cuestión es en dónde diablos está su mirada todo el año con todas esas miles de familias en medio de los arroyos.
Los Cabos se encuentra en medio de la ruta ciclónica. Pero, pareciera que no importara dado que la mancha urbana, cada mes, cada año, se expande por las zonas de riesgo.
Se jura por la Constitución y al jurarse por la Constitución va implícito lo de la vivienda segura y digna para las familias.
En dónde diablos está entonces esa vivienda digna y segura.
No sólo en estas fechas el político se da cuenta que la Constitución la dejó por ahí perdida en un rincón oscuro de la descomposición del poder, sino que en su cara y en el de la propia sociedad la impunidad va con el viento ciclónico en contra de esos monumentos a la corrupción de edificios habitacionales, de familias obreras, de trabajadores, del pueblo, pues, en medio de los arroyos.
Hoy, el político le debe de rezar a Dios para que no pase nada; mañana cuando se haya ido Ileana volverá a brindar por la impunidad y saludar con orgullo con todo un ¡firmes! a los monumentos a la corrupción.
Y es posible que el ánimo del político no se pierda, dado que ante la propia desmemoria colectiva vendrá el domingo con el retoque de campanas por la Noche del Grito.
El rezo a Dios habrá pasado.
Hasta el próximo ciclón.
Total le aplauden al político en informes de gobierno, y eso es aplaudir a los monumentos de la corrupción.
El huracán Odile en 2014 devastó y cobró vidas en Los Cabos, aquí en Baja California Sur.
La Tormenta Tropical Lidia en 2017 devastó y cobró vidas; se llevó edificios habitacionales, de esos monumentos a la corrupción en San José del Cabo y Cabo San Lucas, aquí en Baja California Sur.
Odile fue terrible el 14 de septiembre de 2014, con Lidia nos amanecíamos con un septiembre enlutecido de 2017. Estamos en septiembre de 2024, naturaleza el político es gacho, no lo seas tú.
¡A cuidarse!