David Rojo
Gobernador Castro y presidente municipal Agúndez la descomposición del poder local, la corrupción, la impunidad, políticas públicas fallidas, son causa directa de la “triste y muy lacerante” realidad de Los Cabos.
Este agravio social ya no es sólo el sentir local. Desde el propio palacio nacional, con la expresión directa de la presidenta Claudia Sheinbaum, ha sido sacudido el agravio social. La alusión presidencial:
“Si vas a Los Cabos hay una triste y muy lacerante realidad”.
Se podrá señalar que todo es por causa del desarrollo turístico. Neoliberalismo y esas cosas. Pero, entonces, gobernador y presidente municipal, por qué su silencio con las Unidades Habitacionales edificadas -con todo y licencias de construcción municipal– en medio de los arroyos.
La expresión presidencial de “triste y muy lacerante realidad en Los Cabos” no es sólo por precarias condiciones de viviendas, sino por la niñez y adolescentes –que antes fueron niñas y niños– creciendo con sus miles de familias sin drenaje ni agua potable.
La corrupción e impunidad van de la mano de políticas públicas municipales fallidas y con severas consecuencias en el desarrollo urbano.
Ahí está la realidad de Los Cabos ya dicha desde palacio nacional.
Sin responsables.