David Rojo
Que la presidenta Sheinbaum se vaya preparando para un tercer adjetivo sobre la lamentable realidad de Los Cabos.
Las aguas negras se desplazan en medio de asentamientos humanos y por entre vialidades de terracería alcanzan al arroyo Salto Seco.
El costo social de políticas municipales fallidas, de corrupción, de impunidad; el poder político que es aplaudido con servilismo. Y cuando se abrió una oportunidad con el Fideicomiso de Saneamiento Ambiental para que ingresos públicos municipales se manejaran ajenos a la indolencia del poder político municipal –que llegó al extremo de ¡5 mil 500! plazas en el Ayuntamiento de Los Cabos– la parte hotelera involucrada en tal Fideicomiso sólo incurrió en simulación.
¡Que vayan los hoteleros a esos asentamientos humanos cruzados por arroyos de aguas negras!
¡Que reflexionen los hoteleros a dónde los diablos han ido a dar más de 300 millones de pesos por el pago que cubren los huéspedes del hospedaje turístico en Los Cabos!
El membrete lo dice: Saneamiento Ambiental. ¿Cuál?
En los hechos ninguna obra para contener el déficit en el tratamiento de aguas residuales en San José del Cabo y ningún desgraciado centavo para mejorar las condiciones de vida de quienes viven en la completa marginación del desarrollo urbano de Cabo San Lucas aún cuando vivan en las propias zonas urbanas.
Ya la presidenta Sheinbaum lanzó dos adjetivos en contra de la realidad de Los Cabos:
1- “Triste”.
2.- “Muy lacerante”.
Con esos desbordes de aguas negras por entre asentamientos humanos, que se vaya preparando para un tercer adjetivo.
Que lamentable.
Que maldición que pasen los años y la calidad de vida en Los Cabos vaya de peor en peor.