David Rojo
El hoy, el presente, es terrible en la realidad que se carga con el desastroso desarrollo urbano; el ejercicio del poder político municipal con resultados sociales lacerantes.
Y ya ha quedado sobre el cuestionamiento público, si el hasta hoy tropiezo de la 4T municipal con la Tercera Actualización del Plan de Desarrollo Urbano –el llamado PDU– que encarna el XV Ayuntamiento de Los Cabos ¿tenía amarre urbano con una vertiente de liderazgo empresarial con el político moviendo piezas y asegurando estructuras para el 2027?
Y es que si bien el XV Ayuntamiento de Los Cabos que preside Christian Agúndez tiene en estos momentos ese tropiezo con el PDU, desde el Congreso sudcaliforniano y con el pleno respaldo empresarial le generaron un formato para incrementar impuestos o el aumento de pago de derechos que podría alcanzar los un mil 500 millones de pesos.
Hubo una primera reacción de Morena a esa pretendida cascada de más y nuevos ingresos municipales, lo que se interpretó como una línea en contra trazada desde la gubernatura sudcaliforniana. Pero, a los días, Christian tendría en el bolsillo de la Tesorería Municipal el amarre de más ingresos, sobre los cuatro mil millones de pesos inicialmente proyectados con el Presupuesto 2025.
Y en eso la llamada de palacio nacional. La reacción social. Los enredos. Los revires. Los señalamientos en contra de diputado federal y en contra de Senadora. El manoseo público, pues del 2027 cuando se irá a elecciones por la gubernatura.
Se ha exhibido, finalmente, al PDU como una herramienta de control. Y sólo eso. Cada trienio se agudiza la falta de certeza al desarrollo urbano y la ausencia de justicia social, sin importar del color que se trate en el ejercicio del poder político municipal de Los Cabos; de hecho ya se va en el tercer gobierno municipal al hilo de la 4T y en Los Cabos nos amanecemos sin presente.
Como instrumento de control y si alguien estorba simplemente lo quitan tal cual pasó en el IMPLAN, cuya decisión sin el fundamento legal no fue ni cuestionada por los principales organismos locales.
El pretendido portazo a densidades de construcción apenas unos cuantos días después de otorgar claros beneficios en la materia a polígonos de desarrollo inmobiliario a la mitad del corredor turístico y, además, con el incongruente pronunciamiento municipal en defensa de la propiedad privada para declarar en desuso un tramo del camino costero a Cabo Pulmo, sin hacer lo propio con la propiedad privada en la que se encuentran en riesgo vidas y bienes por licencias de construcción autorizadas para edificios habitacionales en medio de arroyos, exhibe la otra cara del PDU.
Hay un papel que se llama PDU. Échenle. Y miren la lacerante realidad de eso que llaman Plan de Desarrollo Urbano. Échelen al papel.