Los monumentos a la corrupción siguen de pie en Los Cabos.
Edificios habitacionales con todo y licencias de construcción y, en los que, además, se aplicaron créditos del Infonavit y del Fovissste, siguen ahí en medio de arroyos.
Cuando cerré edición la impunidad seguía ahí.
Ni reubicación ni justicia.
Se mira al pasado: sale el nombre de Calderón Hinojosa y de Peña Nieto. Se mira al presente y sale el de López Obrador.
Cuando cerré edición la impunidad seguía ahí.
Miles de vidas traicionadas.
Conagua indolente.
Y el Infonavit y sindicatos callando con las familias que gestionaban créditos. Y que al obtenerlos al despertar se daban cuenta de la pesadilla: habían aplicado los créditos del Infonavit en viviendas en medio de los arroyos.
Cuando cerré edición la impunidad seguía ahí.
Al entonces priista director general del Infonavit, cuando la tormenta tropical Lidia arrasara en el 2017 y colapsara edificios habitacionales levantados en medio de los arroyos, Peña Nieto lo haría gobernador de Oaxaca; del pasado al presente, ahora fue recibido por aplausos en Morena.
Cuando cerré edición la impunidad seguía ahí
Los monumentos a la corrupción están ahí de pie. Sin responsables. Con vidas en riesgo de familias, niños, niñas, jóvenes, madres, padres, abuelos. Y el Infonavit les hizo pagar esos créditos.
Han pasado tres sexenios federales.
Han pasado cinco gobiernos municipales. Y cuando se acumule el sexto, con el ya alcalde electo los monumentos a la corrupción seguirán ahí. Sin responsables y sin reubicación.
Cuando desperté tras la edición cerrada, ya se estaba en el segundo mes de la Temporada de Huracanes 2024.
Los Cabos se encuentra en la ruta ciclónica con todas esas vidas, miles, en peligro.
Cuando nos despertamos aquel 5 de noviembre de 1993 nos dábamos cuenta hasta donde había subido el nivel de la tierra, porque caminábamos sobre los toldos de los vehículos o los techos de las viviendas enterradas. Se trataba de la Unidad Habitacional Ricardo Flores Magón-Infonavit, sí el Infonavit, completamente enterrada por las constantes lluvias del 3 y 4 de noviembre del año citado. No fue huracán, sólo unas lluvias que se habían dado por la zona serrana hasta que el desborde pluvial alcanzó la zona urbana. Vendría Colosio y no dejaría ni un cimiento, las viviendas que habían quedado en pie las demolería. Y reubicaría a las familias, en la Unidad Habitacional que hoy en día lleva su nombre en San José del Cabo.
La corrupción y la impunidad hicieron que no se aprendiera nada. Ahora sí que río arriba se construirían Puerto Nuevo y otros fraccionamientos. Sobre el mismo arroyo. En el 2017, la tormenta tropical Lidia se llevaría un edificio habitacional.
Conagua y el Infonavit otra vez de por medio.
La corrupción, la indolencia, la simulación, la complicidad, la desmemoria, el cinismo, forman una rara familia.
Cuando cerré edición la impunidad seguía ahí.
Cuando cerré edición los monumentos a la corrupción seguían de pie sin responsables y sin reubicación.
Cuando desperté después del cierre de edición, ya se estaba en la Temporada de Huracanes 2024.
Cada año con más familias en zonas de riesgo en Los Cabos.
Cada año con la marcha urbana extendiéndose con mas miles de familias en zonas de riesgo de Los Cabos.
Cada año con los monumentos a la corrupción, sin justicia y sin reubicación en Los Cabos.
Cuando cerré edición la impunidad seguía ahí.
La Impunidad estaba ahi y ahi sigue .
La vulnerabilidad de Los Cabos sigue creciendo, todos los días con acciones y omisiones se construye un riesgo mayúsculo, que, peligrosamente amenaza la endeble infraestructura del municipio. Las consecuencias se pagará por todos, los que hicieron y no hicieron, o cayaron por conveniencia. Yo lo siento más por los ciudadanos de a pie, quienes son los más vulnerables.