David Rojo
El lirio acuático cubre todo lo que fue el Estero de San José del Cabo. Aparte, desde hace años lo que fue alguna vez espejo de agua dulce, impactado por aguas negras.
El desarrollo urbano no trajo en San José del Cabo plantas de tratamiento de aguas residuales.
Y la que se encuentra al pie del propio estero josefino, hasta hace poco operada por el Fonatur y con mas de medio siglo de existencia, es obsoleta al crecimiento demográfico local.
El estero de San José del Cabo es hogar de aves endémicas como la Mascarita Peninsular. Un hogar destrozado, con la contradicción que huéspedes de centros de hospedaje en Los Cabos pagan por el llamado derecho municipal de Saneamiento Ambiental, por el que en 2024 se captarán alrededor de 200 millones de pesos.
Hace siete años la Fundación Carlos Slim advirtió:
–“En la región norte del país, en el estado de Baja California Sur, habita una pequeña ave endémica llamada Mascarita Peninsular, la cual debido a la destrucción de su hábitat se encuentra en peligro de extinción”.
Que venga a San José del Cabo la Fundación Carlos Slim y constate en donde quedó la preocupante advertencia difundida el 19 de abril de 2017 sobre el peligro de extinción de una hija de Baja California Sur.
Sin hogar, la Mascarita Peninsular se muere.