David Rojo
Hasta el pájaro Carpintero del Desierto al toparse en Cabo San Lucas con la anarquía del cemento y del concreto se pregunta ¿y la madera?
No es sólo causa de impacto social el anárquico crecimiento demográfico, lo resienten también especies y hábitat.
Ha quedado más que claro que los pronunciamientos por el Plan de Desarrollo Urbano –PDU– municipal de Los Cabos sólo sirven a intereses particulares, hay desastre y corrupción en la toma de decisiones en licencias de construcción cuyo agravio en perjuicio de miles de familias ha quedado en impunidad, hay indolencia con el grave costo social puesto sobre la espalda del pueblo a causa de políticas públicas fallidas e ineficientes, y el dinero público de centenares, miles de millones de pesos, ¡maldita sea la cosa! no les alcanza para nada.
Si desde palacio nacional se advirtió de la triste y lacerante realidad de Los Cabos, por qué entonces se deja correr esta realidad haciéndola más crítica, que va de la mano de un pretendido PDU 2040 sin acciones ni obras estratégicas establecidas con ruta, tiempo, presupuesto.
La palabra acuñada en el contexto político puede ser bonita, pero que terrible la realidad, ahora hasta con el proyecto de una planta para la generación de energía eléctrica y corregir con su suministro el déficit que resiente en la materia Los Cabos.
¡Vaya solución! Una propuesta contaminante.
¡Vaya destino! La nata de polvo que a diario se cierne sobre Cabo San Lucas, que desde los asentamientos humanos sin drenaje lleva el viento.
¡Vaya propuesta ambiental! Con los continuos y contaminantes incendios en ese lugar que llaman relleno sanitario de Cabo San Lucas y de los impunes y permanentes incendios en el Estero de San José del Cabo.
Tomé la foto de los pájaros Carpinteros del Desierto picoteando el poste de concreto. ¿Y la madera? El medio ambiente en Los Cabos que va cambiando con un lamentable costo social y ambiental para todos.



