David Rojo
En el cielo nocturno de Cabo San Lucas hay ocasiones que las nubes, más que obstruir la jornada estelar, le dan un toque especial a la observación y al propio al obturar con la cámara fotográfica.
Con la Luna en fase creciente casi llena –en enero– el paisaje en momentos se tornaba épico y en otros el ojo de una apacible deidad.
En despacho anterior se había compartido la imagen de la Luna en fase creciente casi nueva, como una gran uña naranja-roja, señalando sobre la ciudad portuaria sanluqueña.
Tomas diferentes en esta ocasión, sin embargo por igual magníficas postales sobre esta región sudcaliforniana en medio de dos mares.
Cada jornada nocturna con sus diferentes y gratos paisajes: planetas, nebulosas, cúmulos estelares, constelaciones. La Luna con sus cráteres y mares lunares; y el conejo de Quetzalcóatl.
Incluso, en la jornada nocturna de la Luna en fase creciente casi llena, la espectacular Mariposa de Orión se observaba en diagonal a la luminosidad lunar cobijada por las nubes.
Apenas, el 14 de marzo, se registró la última luna llena invernal de 2025 que coincidiría –aquel día 13– con el eclipse lunar y aquella majestuosa Luna roja.
Para el próximo mes de abril, en la fecha cuatro será Cuarto Creciente y para el día 12 Luna llena.
Hay Luna. Chida.