David Rojo
Político no seas ave de mala suerte ni tampoco gacho es la esencia de la columna Tecla 7/6 que ayer se compartiera, en cuanto a lo extraordinario que todavía distingue a Los Cabos y el lamentable costo social de políticas públicas municipales fallidas y de los gandallas que no han faltado en eso que se llama Ayuntamientos, en este caso de Los Cabos.
Ave de mala suerte, de cara al colibrí que aletea en Los Cabos.
Ave de mal agüero.
Recibí varios comentarios:
1.- “Que sí es de suerte y la suerte está siempre del lado de los justos”.
2.- “Aún está el colibrí…Y los políticos también!…Tristemente”.
Hubo más.
Sí, el colibrí ha logrado sobrevivir a las centurias en esta la región más austral de la Península. Y también el político gacho o ave de mal agüero sobrevive en el poder a causa de la desmemoria e indolencia social.
Quien fue parte central en la autorización de unidades habitacionales en medio de los arroyos –en el trienio municipal 2008-20011– ahora aparte de la Sindicatura tendría a su cargo irónicamente a Protección Civil.
Así es.
El ave de la suerte aletea con toda su fuerza para desterrar los aleteos del ave de mal agüero. Pero, sectores de la sociedad se muestran indiferentes a ese costoso aleteo del ave de mal agüero.
No es de extrañar, incluso que esta parte política que pugnó por las brutales licencias de construcción, en el reciente proceso electoral municipal en Los Cabos hubieran tenido votos a favor de los mismos electores que viven en las unidades habitacionales en medio de los arroyos.
La desmemoria ciudadana con el elevado costo social.
La “muy lacerante” realidad de Los Cabos advertida desde palacio nacional.
Es tiempo ya de más colibrís en Los Cabos.
Es tiempo ya de más aleteos de la suerte en Los Cabos.
Es tiempo ya de no más aves de mal agüero.