David Rojo
En la más alta tribuna de la nación se dijo la voz de Baja California Sur.
Dijo hablar por Los Cabos.
Fechas atrás, además, diría:
“Hablo por mi gobernador y soy la voz de los alcaldes electos
y los que están en funciones”.
Se trata del diputado federal Manuel Cota Cárdenas.
Es decir, bajo las banderas políticas que hoy encarna el legislador federal con el PVEM plena identificación con Víctor Castro (gobernador) y Christian Agúndez (ya no sólo electo, hoy ya en funciones como presidente municipal de Los Cabos).
Se trataba de un pronunciamiento por la Guardia Nacional.
Sin embargo pretender ser voz de Los Cabos por un sólo tema –ante la brutal realidad que sacude a decenas de miles de familias en materia de agua potable, drenaje y expuestas en zonas de riesgo– es mucho pretendido.
En dónde está, entonces diputado federal Cota, esa voz por Los Cabos con el Plan de Desarrollo Urbano del XV Ayuntamiento cabeño con el que se pronuncian de manera incongruente por la propiedad privada para beneficiar a unos y seguir ignorando a miles.
Los “monumentos a la corrupción” –con miles de vidas en peligro– levantados en Cabo San Lucas y San José del Cabo en medio del desastroso desarrollo urbano y del costo social por la impunidad, siguen tal cual en medio de los arroyos.
NO es por tal la recién aprobada tercera actualización del Plan de Desarrollo Urbano municipal de Los Cabos un instrumento de certeza para los siempre olvidados y marginados.
En otro pronunciamiento en la Cámara de Diputados, el legislador federal Cota se expresó con orgullo que en Los Cabos daría inicio el Plan Nacional de Vivienda del gobierno federal, lo que refirió sería un honor.
Sin embargo en el supuesto de más vivienda se requiere de la certeza de abasto del agua y de la certeza del tratamiento de aguas residuales; ambos ejercicios con brutal déficit en la actualidad.
A la propuesta federal en vivienda, cuál es la respuesta municipal o de respaldo estatal con un calendario de obras complementarias con las que se extiendan las líneas de agua potable y de drenaje.
Y por igual se informe de la reubicación de las familias en zonas de riesgo, cuántas y a dónde. Nada.
Y no hay ningún pronunciamiento oficial en planificación del abasto de agua potable para reducir los tandeos; no sólo el discurso que todo está bien o estará bien cuando en contrario en diferentes asentamientos se ha recrudecido el desabasto hasta por más de tres y cuatro semanas.
Sí, está bien diputado Cota pretender ser voz de Los Cabos. Pero, ese pretendido es mucho cuando el hecho se queda al márgen.
Se tiene, diputado federal Cota, el PDU por el que se pronunciara la mayoría del Cabildo de Los Cabos, pero por igual nos amanecimos en el 2025 –y ya está por terminar enero– con esa “la triste y lacerante realidad de Los Cabos” expuesta el año pasado desde palacio nacional por la propia presidenta Sheinbaum.
Una triste y lacerante realidad ya con el 2025 sin obras ni acciones estratégicas que estuvieran etiquetadas con presupuesto, tiempo de ejecución y beneficiarios.
El PDU debe de ser certeza social, sin más olvido ni marginación de miles de familias.
Sin embargo a la triste y lacerante realidad local se ha sumado ahora lo clasista de la mayoría del cuerpo edilicio de Los Cabos que se ha pronunciado, con el propio PDU, por el respeto y certeza de la propiedad privada de unos cuantos y no de las miles de familias obreras cuyas propiedades y sus vidas se encuentran en riesgo dado que se otorgaron licencias municipales para construir desarrollos habitacionales en medio de arroyos.
Por esas propiedades en peligro ni pronunciamiento de Cabildo ni justicia social. Ni PDU. Sólo olvido.
La distancia en el decir en la Cámara de Diputados con la realidad de Los Cabos; peor aún, el silencio en la Cámara de Diputados ante la realidad de Los Cabos.